El Íbice de los Alpes y el Íbice español son dos de los animales más reconocibles de la familia de los íbices. Ambos se encuentran en el sureste de Europa, Italia, Alemania, Austria, Suiza, Francia, España y el noroeste de Irak. Ambos tienen un aspecto físico similar, pero también existen algunas diferencias que los distinguen. En este artículo repasaremos las diferencias entre estas dos magníficas criaturas.

Diferencias físicas

El íbice de los Alpes es un animal de tamaño mediano, con una altura de entre 2 y 3 pies, un peso medio de 65-85 libras y una longitud de 5-9 pies, de la nariz a la cola. Sus cuernos son excepcionalmente largos y alcanzan hasta 47 pulgadas en algunos ejemplares. El íbex español es ligeramente más pequeño que el íbex alpino, mide entre 1 y 2 metros de altura, pesa entre 50 y 70 libras y sus cuernos suelen alcanzar los 31 centímetros de longitud.

Diferencias de comportamiento

El hábitat natural del íbex alpino son las regiones montañosas de Europa. Prefieren vivir en zonas escarpadas, donde pueden subir fácilmente a la cima en busca de vegetación fresca. Son animales bastante sociables y dan lo mejor de sí mismos en grupo. Suelen vivir en harenes, con un macho dominante, varias hembras y sus crías. El íbice español, por su parte, prefiere vivir en zonas rocosas y en bosques. Se alimentan principalmente de hierba, plantas y arbustos, y también pueden encontrarse en llanuras aisladas. No son tan sociables como el íbice alpino y suelen vivir en parejas o en grupos familiares.

Diferencias geográficas

El íbice es originario de cinco países de Europa: Alemania, Austria, Suiza, Italia y Francia. También se encuentra en los Pirineos españoles, los Balcanes y las regiones del Cáucaso. El ibex español es originario de España y también puede encontrarse en Portugal, el sur de Francia, Andorra, Marruecos y Argelia.

Conclusión

Ahora que conoces las diferencias entre el ibex alpino y el íbice español, puedes disfrutar mejor de su presencia en la naturaleza. Ambos son criaturas únicas y estas diferencias sólo los hacen más interesantes. Esperemos que podamos conservar su hábitat natural y que sigan formando parte de nuestro paisaje y nuestra cultura durante muchos años.