La reproducción del ciervo rojo es un fenómeno extraordinario, que implica el muy esperado celo anual, un período de frenesí y actividad en el que los machos de la especie entablan batallas y se autoanuncian en un intento de conseguir el derecho a aparearse con el mayor número posible de hembras. Para los conservacionistas y gestores del territorio, comprender este aspecto vital del ciclo vital del ciervo rojo es esencial para la gestión eficaz y la sostenibilidad de las poblaciones. El siguiente artículo examina más detenidamente el celo, la cría y el ciclo vital posterior del ciervo rojo.

¿Qué es el celo del ciervo rojo?

El celo del ciervo rojo (Cervus elaphus) es un periodo de intensa y frenética actividad que se produce anualmente. Suele durar entre cinco y siete semanas y corresponde al equinoccio de otoño. Durante este tiempo, los ciervos machos entran en un periodo de aumento de la producción hormonal, lo que da lugar a las características vocalizaciones de bramido que identifican el inicio del celo o el Bramido de Otoño. Los machos se desplazarán inquietos por su territorio, explorando y colonizando nuevas zonas en busca de hembras. También se enfrentarán con frecuencia a otros machos en un intento de establecer un rango dominante y asegurarse la pareja solitaria.

Reproducción y cría

A los pocos días del inicio del celo, los machos empezarán a excavar rozaduras. Se trata de pequeñas hendiduras en el suelo que se marcan con una combinación de orina, estiércol y la propia saliva del ciervo. Se cree que las rozaduras sirven como lugar de reunión social y como punto de recogida de marcas olorosas. Una vez que una rozadura ha sido marcada por un macho, se utilizará activamente y se hará circular entre individuos, lo que puede significar que se está afirmando el territorio de un clan. Posteriormente, cuando una hembra entra en estro, se acerca a la arruga y un macho exitoso intentará atraerla para que copule con él.

Las hembras de ciervo rojo entran en estro simultáneamente a partir de la tercera semana de celo. Es un periodo de hasta 24 horas en el que es sexualmente receptiva al apareamiento. Se acercará a la rasqueta y la marcará con el olor de una secreción especial que indica a los machos que está lista para aparearse. Esto atraerá rápidamente a varios de los ciervos rojos machos, que se acercarán e intentarán cortejarla. Es durante este tiempo cuando la composición genética de la madre se transmite a su descendencia. Este breve periodo de estro puede influir mucho en lo que serán las crías del año siguiente.

El ciclo vital del ciervo rojo

Las hembras de la especie llevan su embarazo durante un periodo de gestación de aproximadamente 240 días. Suele madurar a los 15 meses (de vez en cuando se ven primeras madres más jóvenes) y puede duplicar el número de cervatillos en la manada, y son muy pocos, si es que hay alguno, los problemas de instinto maternal de las primíparas de esta especie. A veces puede ser difícil llevar un registro del número de cervatillos que nacen, ya que la mayoría de las hembras de una población entrarán en celo al mismo tiempo; este patrón de cría armonioso significa que una manada de ciervos puede tener varias crías en un año.

Las crías recién nacidas permanecerán echadas durante las primeras horas de su vida, y sus madres las vigilarán de cerca hasta que adquieran la fuerza necesaria para ponerse de pie y caminar. Los cervatillos suelen adquirir movilidad hacia los 10 días de edad y pasan los meses siguientes cerca de su madre. Las madres los amamantan hasta los seis meses aproximadamente, momento en el que empiezan a buscar comida y aprenden otras habilidades de supervivencia.

Conclusiones

La reproducción y el ciclo vital de los ciervos rojos interesan por igual a conservacionistas y gestores. Comprender el fenómeno del celo anual y el papel que desempeña en la reproducción y supervivencia de la especie es importante para una gestión eficaz y la planificación del futuro de las poblaciones de ciervos rojos. Además, el conocimiento de las últimas tendencias en la biología reproductiva del ciervo rojo es necesario para una gestión y conservación óptimas de las poblaciones.