El corzo europeo (Capreolus capreolus) es una especie de ciervo ampliamente distribuida por toda Europa, y es la pequeña especie de ciervo que aún existe en estado salvaje en el Reino Unido. Es una especie de caza popular, a la que se da caza en muchos países.

Uno de los aspectos fascinantes del corzo europeo son las diferencias entre los machos y las hembras de la especie. Existen una serie de características físicas que permiten identificar a los dos sexos, y comprenderlas puede ser importante por varias razones. Por ejemplo, en algunos países está prohibido cazar corzas en determinados lugares, por lo que es importante que todos los cazadores sean capaces de distinguir entre ambos sexos para cumplir la ley. Del mismo modo, saber distinguir entre machos y hembras puede ayudar a los investigadores de la fauna salvaje a comprender mejor el comportamiento y la biología de la especie.

Diferencias físicas

La principal forma de diferenciar a los dos sexos es a través de sus diferencias físicas. En general, los corzos europeos machos son más grandes que las hembras. Los machos suelen medir entre 35 y 70 cm de altura, mientras que las hembras son más pequeñas, generalmente de 59 a 64,7 cm de altura.

Otra diferencia física es el pelaje. Los machos tienen un pelaje lustroso con un tono rojizo, mientras que las hembras presentan un tono gris más oscuro y claro. Existen algunas pruebas que sugieren que las diferencias en el pelaje dan a las hembras una ligera ventaja a la hora de camuflarse. Se trata de una característica importante, ya que permite a las hembras de corzo ocultarse más fácilmente de los depredadores, lo que supone una gran ventaja cuando están criando.

Otra diferencia física clave son las astas. Los machos de corzo las crecen y mudan cada año, mientras que las hembras nunca las desarrollan. Los machos empiezan a desarrollar la cornamenta en primavera, alcanzan su tamaño completo en otoño y la mudan en verano.

Diferencias de comportamiento

Además de diferencias físicas, también hay algunas diferencias de comportamiento que pueden utilizarse para distinguirlos. Los machos suelen ser más agresivos y territoriales que las hembras. Probablemente se deba a la competencia y a la necesidad de protegerse de los depredadores. Los machos se enzarzan en una serie de disputas jerárquicas con otros machos, que tienen como objetivo principal establecer su territorio y asegurarse posiciones dominantes con las hembras.

Las hembras, por su parte, suelen ser mucho menos agresivas y más pasivas. Son responsables de criar a las crías, y su principal preocupación es mantenerlas a salvo de los depredadores. A menudo se mimetizan con el entorno y permanecen lo más quietas posible para garantizar que sus crías no sean presa de los depredadores.

Otra fascinante diferencia de comportamiento es la forma en que se alimentan. Los machos suelen ser más móviles que las hembras y pueden desplazarse en busca de comida, mientras que ellas suelen quedarse más cerca de casa. Esta diferencia se debe probablemente a la necesidad de las hembras de estar cerca de sus crías, ya que un intruso puede suponer un peligro inminente para los pequeños bambis.

Conclusión

Existen diferencias significativas entre los corzos europeos machos y hembras que pueden utilizarse para diferenciarlos. Las diferencias físicas incluyen el tamaño, los pelajes y la presencia de cornamenta, mientras que las diferencias de comportamiento incluyen los niveles de agresividad y el comportamiento alimentario. El conocimiento de estas diferencias es importante para quienes se dedican a la caza o a la investigación de la fauna salvaje, para poder identificar a los dos sexos y transmitir conocimientos sobre la especie con mayor precisión.