Cazar becadas en invierno es una experiencia única, desafiante y emocionante. Muchos cazadores esperan con impaciencia los primeros días fríos de la temporada para salir a probar suerte. La becada es un ave migratoria, y su llegada a una determinada zona puede ser algo impredecible. Por ello, dada su temporada de caza relativamente corta -que va de finales de noviembre a finales de enero- y el hecho de que los cazadores sólo pueden disparar como mucho a dos o tres aves al día, el final del otoño y el principio del invierno ofrecen las mejores oportunidades para cazar becadas.

Mientras tanto, los cazadores también tienen que lidiar con condiciones meteorológicas difíciles, terrenos más exigentes y técnicas de caza complejas. Aunque la caza de la becada en invierno es un reto que no debe tomarse a la ligera, los cazadores que estén preparados y sean expertos pueden disfrutar de una experiencia realmente inolvidable y reforzar su vínculo con la naturaleza. Los cazadores deben ser conscientes de que existen una serie de leyes y normativas importantes que deben seguirse para garantizar la sostenibilidad de la población de becadas. Estas directrices pueden variar de una zona a otra, por lo que lo mejor es dedicar tiempo a investigar a fondo o pedir asesoramiento local antes de embarcarse en la caza.

Conocer la becada

La becada es un ave pequeña y escurridiza -normalmente de entre 9 y 12 pulgadas de largo y con una envergadura de unas 17 pulgadas- que pasa la mayor parte del tiempo escondida en densas coberturas. Aunque las becadas se encuentran en todo Estados Unidos, son más frecuentes en las regiones oriental y central, así como en Canadá. Los hábitats más comunes de la becada son los bosques húmedos, los pantanos y las marismas. Cuando empiezan a llegar las nieves del invierno, las becadas se desplazan a zonas más cálidas del sur.

Para cazar becadas, hay que tener unos conocimientos básicos sobre los patrones de comportamiento de esta ave para poder rastrear su escondite. Las becadas se alimentan principalmente de gusanos y otros invertebrados y cazan al anochecer o al amanecer, y es en ese momento cuando el cazador tiene más posibilidades de verlas al descubierto. Un cazador debe tener buenas dotes de observación, paciencia y un agudo sentido de los detalles para percibir los sutiles movimientos del pájaro cuando busca comida o se desplaza a un nuevo emplazamiento.

Encontrar los mejores lugares de caza

Después de haberse familiarizado con los patrones de comportamiento de la becada, el cazador debe centrar su atención en la búsqueda de los mejores lugares de caza. La densa vegetación cerca de cursos de agua, setos, marismas, humedales y zonas con muchos árboles independientes son los lugares más probables para encontrar a esta escurridiza ave. Un cazador también puede intentar simular la experiencia de caminar por estas mismas zonas durante el día para hacerse una idea del terreno y de cómo podrían reaccionar las becadas cuando llegue el amanecer del día siguiente.

Cuando se trata de cazar becadas, los puestos de emboscada bien construidos son una opción popular entre los cazadores. Pueden ser cualquier cosa, desde un simple parapeto improvisado hasta un elaborado puesto de tiro situado en un lugar estratégico. Si el cazador tiene acceso a terrenos privados, tener un par de comederos para aves cerca puede ser una herramienta eficaz para atraer a las becadas en las frías mañanas de invierno.

Equipamiento para la caza

El principal tipo de equipamiento para la caza de becadas es la escopeta de caza. La mayoría de los cazadores prefieren utilizar una escopeta superpuesta del calibre 20, ya que ofrece un buen equilibrio de potencia y una escopeta más pequeña puede ser útil cuando el ave está descampada, a distancia lejana y el tirador tiene una línea de visión clara.

Al disparar contra becadas, también se pueden utilizar distintos tipos de munición. Las opciones más populares son la perdigonada estándar y el estrangulador cilíndrico mejorado, ambos diseñados para proporcionar el mejor patrón de tiro a distancias de 25-30 metros. Los tamaños de perdigón 7,5 y 8 también son una buena opción para cazar becadas, ya que ofrecen un patrón de tiro ajustado y minimizan los daños al pájaro.

La experiencia de cazar becadas

Cazar becadas en invierno es una experiencia única y desafiante que pocos cazadores llegan a disfrutar. Requiere paciencia, capacidad de observación, conocimiento del terreno y un disparo bien colocado cuando finalmente surge la ocasión. La recompensa a todo este duro trabajo y esfuerzo es un pájaro hermoso y grácil, y una maravillosa sensación de logro personal que no se puede reproducir. Por lo tanto, los caballos a los que les guste cazar en invierno deberían probar la caza de la becada, porque seguro que será una experiencia increíble y memorable.